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10 noviembre, 2021

Soledad Ceccarelli en las oficinas del CEPAVE

Todos para uno y uno para todos: ¿Cómo colabora cada integrante en el proyecto GeoVin?

Cada avance, reformulación y propuesta implica un gran trabajo y pasión puesta en juego. En esta oportunidad, repasamos esos engranajes y cuáles son las cosas que más disfruta el equipo en el día a día.

Sostener el proyecto GeoVin supone atender a la vez cuestiones relacionadas a lo técnico y el funcionamiento de la aplicación, a la recepción de reportes y la identificación de triatominos, al contenido de la página web y la comunicación, entre otros aspectos. Por eso, Gerardo Aníbal Marti (Investigador Independiente del CONICET), Soledad Ceccarelli (Investigadora Asistente del CONICET), Agustín Balsalobre (Profesional Asistente del CONICET) y Joaquín Cochero (Investigador Adjunto del CONICET) se ocupan en profundidad de distintas cuestiones, aunque siempre manteniendo el diálogo y el trabajo conjunto a la hora de tomar decisiones.

En principio, recordemos que GeoVin es un proyecto de ciencia participativa, cuyo objetivo principal es la recopilación de información geográfica de las diferentes especies de triatominos (vinchucas) que se encuentran distribuidas en Argentina a través de la participación de diversos actores sociales. Por eso, el desarrollo de la aplicación (que puede utilizarse en dispositivos móviles y en su versión para web) fue fundamental para ofrecer a las personas la oportunidad de enviar sus reportes, recibir asesoramiento y estar en diálogo con profesionales dedicados a la temática.


Joaquín, que además de biólogo es programador, fue uno de los más involucrados con la parte técnica y ya contaba con experiencia en proyectos de ciencia participativa con la creación de “Caza Mosquitos” y la colaboración en otras iniciativas a nivel nacional. De hecho, se ocupó de realizar la transferencia de tecnología para empezar a trabajar en GeoVin y de esa manera se integró al grupo de trabajo. En detalle, cuenta: “Fui la persona que desarrolló las primeras versiones de la aplicación y del sitio web para que funcione con participación ciudadana, y continué con esa responsabilidad. Me encargo del mantenimiento de servidores y otras tareas técnicas, y también colaboro con todo lo que es la parte de comunicación y contacto con los/as ciudadanos/as que envían reportes”.

Agustín, por su parte, se ocupa de tomar datos referidos a la aparición de triatominos publicados en artículos científicos, cedidos por colegas o por algún organismo, y cargarlos en una planilla o base de datos. Luego, esa información se vuelca al mapa de GeoVin que se actualiza instantáneamente. También, resalta que junto a todo el equipo participa en “planificar cada una de las pantallas que se va viendo dentro de la aplicación o dentro de la página web, la información que volcamos y el lenguaje que utilizamos, que queremos que todo el mundo lo pueda entender. Además, tenemos reuniones semanales o diarias donde definimos qué podemos hacer para mejorar la aplicación, o la página o el proyecto en sí mismo”.

En relación a cómo se tratan los datos, Soledad tiene un rol fundamental: “Me encargo de ordenar los datos geográficos que llegan, tratando de limpiar y mantener prolijas las bases de datos, que luego es lo que se visualiza en los mapas dinámicos que se pueden ver tanto en la aplicación como en la web del proyecto”. La investigadora explica que la información se carga en programas donde trabajan con puntos de latitud y longitud, y distintas capas para ver los contornos del país. De esta manera, se puede ir analizando cómo se comportan las presencias geográficas de vinchucas.

Y Gerardo, por su parte, lleva adelante la gestión institucional del proyecto y es una de las personas que diariamente responde a las consultas que llegan a GeoVin. “Nosotros en nuestros teléfonos tenemos también otra pequeña aplicación para interactuar con el usuario. Todos los días miro los reportes y ahí mismo se ofrece una respuesta a quien envió el reporte”. Si las fotos corresponden a una vinchuca, el equipo ofrece el contacto del representante de Chagas de la zona para que lo denuncie y -con el consentimiento de la persona- le brindamos la opción de escribirle nosotros al representante de la zona para que lo contacten.

Visualización de datos geográficos en el sitio web del proyecto GeoVin

Visualización de datos geográficos en el sitio web del proyecto GeoVin

El entusiasmo para seguir adelante

Como hemos repasado, son muchas las tareas que hacen que GeoVin crezca y mejore, por lo que la pasión y el disfrute son fundamentales para sostener el proyecto. Consultados sobre lo que más les gusta de ser parte, el equipo pudo reflexionar sobre sus motivaciones, que finalmente son las que hacen especial a la iniciativa.

Para Joaquín, una de las cuestiones más importantes fue el aprendizaje sobre la problemática de Chagas. “Antes tenía una idea muy vaga de lo que era. Tengo familiares que han tenido la enfermedad de Chagas, pero la verdad que no conocía todos los detalles. No conocía cuáles eran mis derechos en cuanto a los análisis de sangre de Chagas y cuáles eran las cosas que podía pedir y las que no”.

Agustín, en tanto, respondió: “Lo que más me interesa es que continuamente estamos pensando y desarrollando nuevas alternativas para poder hacer más eficiente la toma de datos y dar una respuesta mucho más rápida al usuario si realmente encuentra vinchucas en su casa. Es decir, tener una parte social en la cual nosotros somos los que corroboramos si es una vinchuca o no, y darle tranquilidad a la persona más allá de la identificación”.

La posibilidad de seguir creciendo es para Gerardo su motor. “Nosotros no nos quedamos contentos sólo con que el usuario se entere si encontró una vinchuca o no. Nos gustaría a futuro que esta herramienta pueda ser utilizada por el Ministerio de Salud y que exista una triangulación más aceitada entre el usuario, nosotros y quienes están encargados de rociar, charlar con la gente y hacer el análisis de ese insecto a lo largo de todas las provincias del país”.

Finalmente, Soledad resalta que lo que más le gusta del equipo y el trabajo es el poder ayudar a la comunidad. “Al mismo tiempo yo trabajo hace varios años con la problemática de Chagas desde el CEPAVE y el grupo ‘¿De qué hablamos cuando hablamos de Chagas?’, así que es un complemento nuevo, otro punto de vista sobre el tema”.